11.9.08

5 años después...

Con el tiempo descubrí que había decidido dejarse ganar. No era una decisión manifiesta pero todas sus acciones desencadenaron ese final. No había rastro de fuerzas en su cuerpo –los capilares de sus venas soportaban a duras penas las inyecciones, en el caso que lo hicieran- A ese paramédico lo voy a recordar toda mi vida, y si bien no tengo nada contra él no creo tengo el mejor recuerdo de su actuación. Puede haber sido su propio alienamiento a su labor y su acostumbramiento a una situación en la que yo era debutante (aunque sé que pueda no ser la última vez).
El llamado no me había alarmado, yo ya había corrido esas cuadras que nos separaban con la peor de las perspectivas en la mente y luego no era tan grave.

Había sido su decisión rendirse. Y el primer paso fue pedir que lo internaran, ese sería el principio del final (crónica de una…) Fue duro acostumbrarse al panorama del geriátrico, a las caras de tristeza y soledad, de seres olvidados, de seres confundidos que muchas veces creen ver en el visitante a un familiar, y a veces parece que te convierten en uno. Uno acaba por encariñarse con todos, en compadecerse de todos y en aprender a lidiar con situaciones que nunca hubiera imaginado.

Él, que nunca había sido el mejor ni el más cariñoso, me recibía siempre con una sonrisa, yo siempre fui su orgullo. El primero, el primer varón y el gran jugador de fútbol. Pese a que nunca estudié medicina como el hubiera querido… otro primo mío intentó ese camino pero para él no era suficiente, tenía que haber sido yo…

Esas tardes finales significan para mi el acercamiento más grande, genuino y emotivo que tuve con él y con cualquier otro familiar, por primera vez en la vida sentía que algo lo alegraba en serio, que algo le hacía bien y yo mismo me sentía bien, completo…

Ese día que me llamaron fui caminando sin preocupación, rutinizado, sin ninguna idea rara en la cabeza y fue la última vez que fui… cuando subimos a la ambulancia me di cuenta que ya estaba todo definido, tal vez por eso la ambulancia no corrió. El destino quiso que ninguna otra persona de mi familia se enterara hasta después de ocurrido. Había algo que yo no puedo explicar, pero que nos ligaba a él y a mí, y que había dispuesto que su última mirada fuera para mí y sin sonidos. La mortal cara de mi abuelo que me miraba mientras se apagaba por siempre. Como si me estuviera sacando una foto para llevar adonde quiera que fuera, como si en ese mismo momento se arrepintiera de haberse rendido con tanta anticipación, como si se diera cuenta que había momentos que valía la pena disfrutar… y yo, yo lloré, porque lo iba a extrañar… y porque sabía que mi mamá se iba a entristecer mucho…
"mis manos desempañan el cristal, inmóvil tras un vidrio estoy viéndote desandar el camino que hiciste con tus manos... detrás de mi queda un cuarto, vacío, solitario, abandonado por la mitad de su existir y la totalidad de su razón... las flores lloran tu partida, y yo también..."

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