13.11.08

Talento Innato

La primera vez que fui a la cancha fue en el año 1982, cuando tenía dos años y fue al Gigante de Arroyito con mi viejo y mi tío. Como de costumbre el estadio estaba repleto para ver a Rosario Central jugar contra River, con todas sus figuras. Es costumbre que la gente del interior de la provincia se llegue exclusivamente para ver a Boca o River.
El partido había sido parejo, muy parejo, pero en el minuto 87, Passarella mete un gol de tiro libre y parecía definir el partido. Mi viejo siempre lo odió a Passarella así que quedó masticando bronca como nunca...
Parecía que todo estaba terminado ya, yo miraba a los otros hinchas apretar los gorros, persignarse, sufrir segundo a segundo la derrota inminente.
Pero en el último minuto de descuento (habían dado 5) el legendario Negro Palma empató el partido y el estadio estalló en el grito de gol, todos se abrazaban y saltaban, la alegría era tremenda,
¡¡¡el milagro se había cumplido!!!!!! ¡¡¡Dios es canalla, carajo!!!!!!!!!
Todos festejaban, todos menos yo...
Yo lloraba, lloraba a cántaros, lloraba a moco tendido, lloraba a los gritos y pataleaba...
Mi viejo le dice a mi tío: "se asustó con el grito de la hinchada...", pero se equivocaba...

Mientras todos gritaban y festejaban, yo lloraba...
yo había visto que el juez de línea levantaba la bandera marcando Offside...

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