15.5.08

Mutantes Urbanos

No puedo jurar que ésta historia haya realmente sucedido, porque me la contaron hace mucho y no me acuerdo si la vivieron las personas que me la contaron u otros que, a su vez, se la contaron a ellos. Pero bueno, ahí va:

Un chico y una chica fueron a la verdulería y le pidieron al verdulero que le diera dos kilos de sandía. El tipo le encargó a uno que andaba por atrás que le cortara un pedazo de sandía que pesara dos kilos. El tipo la cortó, la pesó y pesaba exactamente dos kilos.
El chico sorprendido le dice al que había cortado la sandía "Qué ojo, Papá!!!". El que cortó la sandía se rió y ahí se dieron cuenta que le faltaba un ojo, era tuerto.

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