30.9.11

Frío verano

La noticia cayó como una bomba, ninguno de nosotros la esperaba y ahí estaba el sentado desencajado con el habla y la respiración entrecortada. Nosotros lo mirábamos y no podíamos emitir palabra, solamente asentir con la cabeza confirmando cada una de sus aseveraciones, que eran verdades, lo eran. Uno de nosotros que tiene una particular forma de experimentar la angustia, tenía su cara totalmente enrojecida, las comisuras de la boca hacia abajo y respiraba hondo, tratando de contener esa mezcla de rabia y ansiedad que le generaba la noticia.
La única mujer de la reunión se esmeraba cebando mate y atendiendo a su hija de meses, ella había sido la segunda en enterarse y ya tenía varias horas de digestión. Su marido, uno de nuestros amigos quería dar puñetazos a la pared, al menos eso. El que estaba más cerca de quien contaba la noticia miraba el suelo, no podía levantar la cabeza y se frotaba las manos, ojos llenos de nada, ojos que pensaban... El último de los presentes era el único que atinaba a decir algo, tratando de encausar la narración, intentando comprender, tal vez.
El frío de la noticia llegó hasta la médula de todos los que habían asistido a lo que pensaban era un anuncio feliz... La reunión duró dos horas, luego cada uno tomó su camino, no sé que habrán sentido los demás... pero sé las piernas pesaban, era verano y hacía calor, era de noche hacía solo una hora, era viernes y no había ganas de hacer nada...

Esa noche las parejas durmieron más juntas como agradeciendo tenerse aún. Los que durmieron solos no sé que sintieron...

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