1.12.11

La vida es eterna en cinco segundos.

Apenas sentí el ruido me di vuelta y pude ver al coche inevitablemente fuera de control venir en mi dirección, solo atiné a cerrar los ojos y ofrecer mis manos como freno a la inmensa masa de hierros. Escuché también el golpe en la pared y entendí que no había sido embestido, pero cuando abrí los ojos vi la moto, no terminaba de salir de mi shock cuando entraba en otro. Vi el arma y escuché los dos disparos que pegaron ambos en la puerta trasera izquierda del auto estampado contra la pared. El que estaba adentro soltó el maletín al grito de "ya está, tomá, ya está". Uno de los de la moto lo agarró y se acomodó el casco.

Pero antes de arrancar se tomó un segundo para mirar alrededor y ahí estaba yo, aún paralizado y no pudiendo sacar mi vista de lo que estaba sucediendo. El tipo armado me miró fijo, vi sus ojos adentro del casco, ojos negros e inyectados de sangre, nunca saqué la mirada de sus ojos. Mantuvo la pistola hacia mi unos segundos, yo desvié la mirada al orificio de donde saldría la bala.

Habrán sido 5 segundos y mil cosas pude pensar aunque ahora no recuerdo ninguna. El que conducía decidió por todos mi propia suerte. Arrancó y el tiro salió para cualquier lado.

Agotado, me senté en el piso un rato largo y me tapé la cara con las manos. Eso había pasado y me había pasado a mi. Recién.

3 comentarios:

carlo dijo...

Amigo, asumo que estarás alejado de tu iPad en estos momentos difíciles. Pero dado que no tengo otro medio para llegar a vos que este, te ofrezco cualquier ayuda que te pueda dar desde acá. Me pasó algo parecido hace un tiempito y la verdad que no se lo deseo a nadie.

FUERZA CHANCHO!

Juli Cappellacci dijo...

Hay que feo. Te cuento que yo soy muy flashera y por ahí imagino si me pasaran esas cosas y se pone la pel de gallina. Leer esto surtió el mismo efecto. Si realmente te sucedió, cuanto lo siento. Igualmente, qué gran relato!! Saludos Chancho, se lo extraña por facebook.

Naniática dijo...

Empecé leyendo con una pseudosonrisa.
Creí que iba a escribir sobre ser un supereue y su superpoder tendría que ver con frenar autos con las manos sin sufrir heridas.
Qué tremendo.
Cuando terminé de leer me dije para adentro que en este momento todos tenemos una porción ínfima de humano convencional y una grandota de supereue.
Salir a la calle ya no es para cualquier mortal.
Es real.
Tenga usted cuidado.
Le ofrezco un abrazo radioactivo de supereua!