16.5.08

El fantasma (2003)

En el lugar donde alguna vez hubo un hombre, quedan sus fantasmas. Y en donde sus fantasmas vivieron quedan las canciones. Y este hombre fantasmal que fue cantor, poeta y feliz descubrió un buen día que el mejor escenario es el mundo, el mejor auditorio las aves y la mejor canción la verdad. Pese a todo desde un día, especial, sólo cantó dolores. La canción será el sufrir y la poesía la muda expresión de la tristeza.
En el tiempo en que su inspiración durmió al arrullo de la felicidad, en sus brazos que lo mecían y con la voz de la dicha susurrándole promesas, él descubrió que las mejores cuerdas son los cabellos del ser querido y el mejor tambor su vientre. La mejor música que cada quien puede lograr es la risa del ser querido y el mejor verso es una promesa que se vuelva real.
En el silencio descubrió mil nuevas canciones para una única ocasión y su maldición fue el invierno de pocas aves que hubieron de escuchar su canción y que el mundo, su auditorio, no prestase atención a su cantar. Y ya no tenía ni sus cuerdas ni su tambor predilectos, sólo tenía su inspiración y el silencio, pero no sus canciones. Y no se creía poeta capaz de describir lo que podía recordar, imaginar o añorar.
Vagó sin rumbo en su cabeza la idea de una obra capaz de reflejar todo eso que quedaba atrás y así, caminó la primavera, el verano y el comienzo de un nuevo año.
Y aún se lo ve fantasmal, buscando reconquistar el mundo y recuperar el favor de las aves. Algo que pueda disfrutar de su canción y poesía. De lo fantasmal.
Sólo un cantor y poeta fantasmal quedó de su pequeña historia feliz. Sólo un hombre fantasmal.

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