16.11.08

El Paco no es joda...

Durante muchos años sufrí (tanto yo como mi familia y amigos) una dura adicción. Muchos se estarán enterando en este momento que yo fui adicto al Paco. Y no es joda. Gracias a Dios y al apoyo de todos los que me quieren hoy me animo a contar la historia, hoy no me avergüenzo, hoy me siento lo suficientemente fuerte para asumir mi pasado y mirar a los ojos a las personas que se enteran de esto y, tal vez, podrían juzgarme.
Quisiera poder asegurar que no le hice daño a nadie que no fuera yo, pero yo sé que no es así. Durante todo este tiempo aprendí a no engañarme, a asumir mis responsabilidades en un proceso que es parte del tratamiento y es el de crecer y hacerse cargo.
No era tan chico cuando empecé, tendría 12 años, pero me pegó como loco. Fue un amigo el que me convidó la primera vez y desde entonces no pude dejar de consumir. En mi peor momento recurría al Paco hasta 10 veces por día. Y obviamente la plata no alcanzaba, había que emplear otros métodos para conseguirlo, y ahí fue cuando empecé a rebuscármelas… le sacaba plata de la cartera a mi mamá, a mi papá, a mis abuelos y hasta le robaba a mis amigos, su plata y sus Pacos.
Fue una maestra la que alertó a mi mamá que había encontrado en mi mochila media docenas de Pacos listos para ser consumidos. Mi mamá ya algo sospechaba por el olor y porque mi mirada era sombría.
De inmediato intentaron persuadirme para que abandonara esta locura, que había toda una vida para mi y que entrando en la adolescencia el Paco sería mi perdición, que las chicas no se fijan en los chicos que consumen Paco, que me diera cuenta que así no podía seguir… Pero yo no entraba en razones, me escapaba de mi casa por la ventana, por los techos, por el patio de atrás… TENÌA QUE CONSEGUIR PACO!!!!!! Pero no tenía plata, entonces empecé a pedir plata en la calle, pero no juntaba nada y mi abstinencia crecía. Por suerte nunca me decidí a prostituirme ni a ser un delincuente juvenil (más allá de lo antes mencionado).
Mis viejos estaban desorientados, pobres… es que no existía y no existe aún una clínica de rehabilitación para niños, adolescentes o adultos adictos al Paco, que somos muchos.
Por suerte, un tiempo después empecé la secundaria y justo cuando todos pensaban que no podía recuperarme, sucedió lo impensado…

El primer día de clases conocí a la chica que luego se convertiría en la mujer de mi vida, mi actual mujer…El primer día que la vi el mundo se detuvo para que yo pudiera ver bien sus ojos grises y sus cabellos dorados al viento, imagen que me dejó boquiabierto y cautivado desde entonces…

Ella fue la que logró hacerme desistir de mi adicción… Ella fue la que el primer día de primer año hablando con otra chica dijo la frase, que yo escuché y me sacó de semejante flagelo… ella dijo: “Nuestro curso está lleno de pendejos, nenitos de primaria que todavía usan Paco y Pibes…, vamos a ver a los de quinto año que seguro usan perfumes de hombres…”

Ese día deje de consumir Paco y fui y me compré una botellita de Polo de Ralph Lauren.

1 comentario:

Anonymous dijo...

jajaa!! Muuy Buenaa. Pensé q era enserio xD