28.7.12

El reporte eterno

Corría la segunda mitad de la década del 90, la Menemista, y eramos un grupo de veinteañeros que trabajábamos en el departamento comercial de una empresa de servicios. En ese momento nos encontrábamos ante muchas oportunidades comerciales y nuestro superior era un gerente que pensaba que nosotros nos conformábamos con hacer lo justo y necesario en vez de salir a conquistar el mercado que se rendía a nuestros pies.
Lo cierto es que las cosas andaban bien sobretodo para la Empresa, nosotros eramos pendejos y la guita que ganábamos era más que suficiente para vivir bien, salir, comprar ropa, viajar en el verano y ahorrar para algo lindo.
Pero el tipo este no se conformaba, creaba continuamente campañas y planes de venta para que nosotros saliéramos decididos a comernos el mundo y no nos quedaba otra que hacerlo, aún cuando preferíamos nuestra forma de trabajar, que era más que beneficiosa.

Así y todo las ventas aumentaron y todos felices... menos este gerente que tuvo una brillante idea: El reporte. Nos pidió que todos los días al terminar la jornada nos sentáramos a escribir un reporte de lo hecho en el día, cosa que a nosotros nos pareció una boludez innecesaria, pero lo haríamos... al fin y al cabo ¿qué tan difícil puede ser escribir un reporte? A lo sumo nos llevaría los últimos 20 minutos del día...

Y así las cosas el primer día descubrimos la trampa... empezamos a las seis menos veinte a escribir el reporte y no fue hasta las 00 horas del día siguiente que pudimos irnos... habíamos caído como unos chorlitos, pendejos como éramos y cometimos el error de consentirlo sin pensar en las consecuencias...

desde las 18 horas hasta las 00 nos quedábamos escribiendo:

- Escribí el reporte del día.
- Escribí que escribí el reporte del día
- Escribí que escribí que escribí el reporte del día
- y así sucesivamente hasta las 12 de la noche...

Nos fuimos, agotados, a nuestras casas... mientras el Gerente leía nuestros reportes, se reía y contaba los millones... de renglones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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